Con una capacidad asombrosa para darse la razón a sí misma, comenzó a hacer un balance sobre su vida y las decisiones con las que fue acompañando sus días y sus noches. Algunas de ellas fueron impulsivas, otras, necesitaron de argumentos más contundentes tanto a favor, como en contra. De nuevo otra encrucijada; otra elección que tendría sus consecuencias; ni mejores ni peores, sólo consecuencias. El cielo azulado con toques grises de aquel ocho de enero iba a influir en todos los planes que empezaban a cuajarse en su mente y a plasmarse en su agenda. Javier había quedado en recogerla pero ella cambió el lugar del encuentro. Le apetecía seguir paseando por la avenida llena de árboles, esos que cambian de color dependiendo de la estación y que le propiciaban sombra en los días más calurosos o dejaban pasar los rayos del sol en cuanto el frío hacía alarde de su prese...
Hace mucho tiempo que empecé a escribir mis pequeños relatos a partir de una imagen que, normalmente y, como una mariposa, se acerca a mí, revoloteando. Una vez que ha pausado su vuelo en mi hombro, emprende su viaje. A veces, la sigo con la mirada, otras, me distraigo con miles de pensamientos pero, casi siempre, logro averiguar el significado. De hecho, cuando ignoro el fugaz destello de ese recuerdo y no le doy el beneficio de que ocupe un sitio entre mis notas, me invade una especie de tristeza. Es una melancolía fruto de la omisión a la llamada que, esa parte tan importante y con un peso tan específico en mi ser, me hace cada día, susurrándome la importancia de seguir recorriendo mi camino. El sólo hecho de transformar mis pensamientos en estas líneas, me vuelve a poner en consonancia con todas esas personas que empiezan a perder el aliento y en las que la desidia y desesperación forman parte de cada célula de su mundo, para dec...