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Mostrando entradas de septiembre 7, 2019

El nido

Si madurar significa aceptar,  sin más, no quiero. Prefiero dejar que las emociones recorran todas mis células,  me hablen, me ayuden a sentir y pueda definirme cada día como una persona con ilusiones, dispuesta a disfrutar y a saber qué tengo ante mí y no, qué dejo de lado. Quemarme con el fuego de la vida o helarme con las noches en soledad. Hoy en día me siento fuerte cada vez que me adentro en un campo maravilloso, único y especial.  Y me veo saltando de alegría porque tengo en mis manos un abanico coloreado con cada una de las emociones que me llevan a sitios distintos, pero que luego, me devuelven al mismo centro,  serena, entera, y de nuevo,  preparada.  Sin maquillaje de estos para disimular la crudeza del viaje. Mirando en el espejo cómo quedaron huellas en mi rostro,  pero mis ojos repletos de ilusiones, esperanza y deseos de aventura.  ¿Qué más le puedo pedir a la vida? Ah, sí...que los míos,  que no me pertenecen,  se hagan cómplices de esas alas preparadas para emprend