Si madurar significa aceptar, sin más, no quiero.
Prefiero dejar que las emociones recorran todas mis células, me hablen, me ayuden a sentir y pueda definirme cada día como una persona con ilusiones, dispuesta a disfrutar y a saber qué tengo ante mí y no, qué dejo de lado. Quemarme con el fuego de la vida o helarme con las noches en soledad.
Hoy en día me siento fuerte cada vez que me adentro en un campo maravilloso, único y especial. Y me veo saltando de alegría porque tengo en mis manos un abanico coloreado con cada una de las emociones que me llevan a sitios distintos, pero que luego, me devuelven al mismo centro, serena, entera, y de nuevo, preparada.
Sin maquillaje de estos para disimular la crudeza del viaje. Mirando en el espejo cómo quedaron huellas en mi rostro, pero mis ojos repletos de ilusiones, esperanza y deseos de aventura.
¿Qué más le puedo pedir a la vida? Ah, sí...que los míos, que no me pertenecen, se hagan cómplices de esas alas preparadas para emprender el vuelo. Y que yo estaré en "el nido" para abrazarlos y darles calor, cuando me necesiten, porque así es el amor que cada día entiendo más, pero que aún así me sigue mostrando cuánto más se puede hacer de grande un corazón.
M.C.P.G. 2019
Prefiero dejar que las emociones recorran todas mis células, me hablen, me ayuden a sentir y pueda definirme cada día como una persona con ilusiones, dispuesta a disfrutar y a saber qué tengo ante mí y no, qué dejo de lado. Quemarme con el fuego de la vida o helarme con las noches en soledad.
Hoy en día me siento fuerte cada vez que me adentro en un campo maravilloso, único y especial. Y me veo saltando de alegría porque tengo en mis manos un abanico coloreado con cada una de las emociones que me llevan a sitios distintos, pero que luego, me devuelven al mismo centro, serena, entera, y de nuevo, preparada.
Sin maquillaje de estos para disimular la crudeza del viaje. Mirando en el espejo cómo quedaron huellas en mi rostro, pero mis ojos repletos de ilusiones, esperanza y deseos de aventura.
¿Qué más le puedo pedir a la vida? Ah, sí...que los míos, que no me pertenecen, se hagan cómplices de esas alas preparadas para emprender el vuelo. Y que yo estaré en "el nido" para abrazarlos y darles calor, cuando me necesiten, porque así es el amor que cada día entiendo más, pero que aún así me sigue mostrando cuánto más se puede hacer de grande un corazón.
M.C.P.G. 2019
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