¿Cuántas veces nos hemos visto y nos veremos en situaciones que requieren esperar a que lleguen? y¿qué hacer mientras tanto? Partiendo de que en nuestro cerebro podemos crear miles de futuros posibles, pero también partiendo de la idea de que somos energía, lo más recomendable, y no por ello más fácil, es intentar desde el momento en que estamos esperando a que se resuelva una situación, centrar el máximo de nuestra energía en el presente, utilizando el futuro para proyectar el mejor resultado: no siempre tiene que coincidir con nuestras expectativas, y, de no ser el deseado, sólo podremos entenderlo tiempo más adelante y considerando que hay muchos caminos durante nuestro aprendizaje. Hay mucha gente que consigue lo que quiere, o eso es lo que vemos desde fuera: probablemente tengan más facilidad para ver las oportunidades y sólo estás viendo el resultado y no la suma de los acontecimientos que lo han llevado hasta un cierto punto. Pero si de llegar a un destino
La diferencia en los resultados está en tus pensamientos. Si estás más atento a ellos, descubrirás tu programación mental y hábitos emocionales. Un enigma dentro de ti, que a tu ritmo, puedes ir descifrando.