Una parte importante de nuestro día a día la dedicamos a estar correteando, a querer anticiparnos a los acontecimientos, a, en un flash, hacernos una película de cualquier información que nos llega. Es en este punto, donde podemos parar el tiempo, congelarlo, y ser conscientes de cómo nos vamos por las ramas y que una espiral de pensamientos sinfin toma las riendas de nuestras emociones, para, respira y cambia todo lo que habías aprendido hasta ahora. Si es así, cuál es el límite que te has puesto para empezar el cambio. Y no se trata de que te juzgues, se trata de un compromiso para hacer tu vida más agradable, a pesar de lo que te esté sucediendo, y de que esa sensación de ser lo que eres, de aceptarte, ayude a quitar el freno de mano que impide que arranques y vayas por un camino menos ajetreado. Cuánto tiempo hace que te apetece retomar una afición de estas en las que te perdías en el tiempo, y que sean razonables, que puedas hacer en este momento. Vas dejando
La diferencia en los resultados está en tus pensamientos. Si estás más atento a ellos, descubrirás tu programación mental y hábitos emocionales. Un enigma dentro de ti, que a tu ritmo, puedes ir descifrando.