¿Estamos conectados en verdad con nuestro cuerpo, con nuestros sentidos? Dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a tener miles de pensamientos, nuestra mente se acostumbra y dejamos de apreciar lo maravillosos que son nuestros sentidos, todos. ¿Has probado a cerrar los ojos, o simplemente, a levantarte en la oscuridad de la noche y moverte sin necesidad de encender ninguna luz? Todo lo que conocemos está grabado, cada esquina, cada objeto, eso si, nos movemos con más cuidado, más lentamente, y al mismo tiempo, más atentos a nuestros movimientos. Podríamos hacer lo mismo con los otros sentidos, dejar de usar uno de ellos para potenciar los otros. Somos afortunados los que podemos disponer de todos y cada uno de ellos, pero de igual forma, tendríamos que valorar más la información y conexión que de nuestro entorno recibimos a través de ellos. Lo mismo que confiamos en estos sentidos, también tenemos que aprender a confiar en nuestra intuición, en nuest
La diferencia en los resultados está en tus pensamientos. Si estás más atento a ellos, descubrirás tu programación mental y hábitos emocionales. Un enigma dentro de ti, que a tu ritmo, puedes ir descifrando.