El estar últimamente un poco más alejada de mucha gente no ha tenido otro motivo que el de ocupar ese tiempo que antes pasaba revoloteando de un sitio a otro con acciones más idoneas. Por supuesto que no tengo que dar explicaciones, pero quería compartir cómo actuaba antes para distraerme de mis objetivos, esos que el Universo se encarga de poner cerca y que solo vemos cuando estamos en nuestro centro y perdemos el miedo, y nos dejamos llevar por esa corriente a la que nos estamos acostumbrados que nos guíe, y que, sin embargo, hace que nuestro viaje vital se vuelva consciente, responsable y más gratificante. Dejar de oír esas voces internas, que nos mantienen en una zona de confort llena de asperezas, de quejas y donde las capas de protección que hacen de excusas para no cambiar nada en nuestras vidas, aunque estemos hartos de nosotros mismos. Limpiar ese cristal que hace que nos reflejemos en las miradas externas para ver cómo ya no podemos seguir auto-engañándon
La diferencia en los resultados está en tus pensamientos. Si estás más atento a ellos, descubrirás tu programación mental y hábitos emocionales. Un enigma dentro de ti, que a tu ritmo, puedes ir descifrando.