Cada uno de nosotros tenemos un umbral de dolor, así como un límite para padecer, o más bien, meternos en situaciones que nos producen un alto grado de sufrimiento. El verdadero problema consiste en que al estar sometiéndonos continuamente a situaciones extremas, prácticamente, no nos damos tregua para el descanso. Todo este cúmulo de situaciones, a las que nos sometemos y en las que no sabemos gestionar el alcance de desgaste que produce en nuestro organismo, nos lleva a pérdidas de control de nuestra vida y a una exposición demasiado extenuante al estrés. ¿ Cómo parar todo este círculo vicioso? - En primer lugar, aceptar la situación en la que te encuentras, sin reproches para nada ni nadie. - Reconocer que en el punto en el que estás, has llegado por voluntad propia, inconscientemente, o conscientemente, pero asumiendo la responsabilidad. - Esta nueva toma de conciencia, para hacerte cargo de tu vida, por supuesto, tiene un coste: requier
La diferencia en los resultados está en tus pensamientos. Si estás más atento a ellos, descubrirás tu programación mental y hábitos emocionales. Un enigma dentro de ti, que a tu ritmo, puedes ir descifrando.