Cada uno de nosotros tenemos un umbral de dolor, así como un límite para padecer, o más bien, meternos en situaciones que nos producen un alto grado de sufrimiento.
El verdadero problema consiste en que al estar sometiéndonos continuamente a situaciones extremas, prácticamente, no nos damos tregua para el descanso. Todo este cúmulo de situaciones, a las que nos sometemos y en las que no sabemos gestionar el alcance de desgaste que produce en nuestro organismo, nos lleva a pérdidas de control de nuestra vida y a una exposición demasiado extenuante al estrés.
¿ Cómo parar todo este círculo vicioso?
- En primer lugar, aceptar la situación en la que te encuentras, sin reproches para nada ni nadie.
- Reconocer que en el punto en el que estás, has llegado por voluntad propia, inconscientemente, o conscientemente, pero asumiendo la responsabilidad.
- Esta nueva toma de conciencia, para hacerte cargo de tu vida, por supuesto, tiene un coste: requiere de un ejercicio de atención de tus pensamientos, un cambio en tu forma de ver las cosas, y un alto en los juicios hacia fuera y hacia dentro, en definitiva, tomar un papel neutro, de estar en el instante.
Si te dijera que es fácil, pues te estaría vendiendo una ilusión, pero es precisamente lo que quiero, ofrecerte la posibilidad de empezar el cambio, de disfrutar de cada momento, de rechazar los pensamientos recurrentes, de quererte cada día un poco más para querer más y mejor a los que están a tu alrededor. Y que empieces a saldar tus cuentas pendientes, esas que no te dejan estar en paz contigo mismo.
M.C.P.G.2017
M.C.P.G.2017
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