Ir al contenido principal

HERIDAS QUE SANAN

       Hacernos conscientes del sentido de culpabilidad y no de responsabilidad, cuando pensamos que

nos hemos equivocado en algo que haya dicho o hecho y un miedo se apodera de nosotros por unos instantes. La culpa se covierte en una soga cogida al cuello, en cuyo extremo hay una piedra muy pesada que está cerca de un precipicio.

     En solo un momento, nuestra mente nos puede llevar a pensar que estamos en peligro, aunque haya sido, simplemente un reflejo de ese miedo que estaba por ahí guardado.

     Hay un miedo muy profundo a decepcionar, a que me "regañen", pero  podemos reivindicar el derecho al error, a la  imperfección, y aún así, cada día amarnos más.

     Este miedo comienza en los primeros años, donde hablar y aprender se convirte en una lección muy dura de asumir. El cuerpo, ya rechaza estas situaciones: nos recordamos pequeños e insignificantes, porque al dejarnos llevar por esa felicidad del instante las alas que empezaban a expandirse para emprender el vuelo, y esas  reglas tan rígidas del entorno, fueron haciendo que dejaran de funcionar.

     Cada uno de nosotros tenemos nuestros miedos, solidificados, escondidos detrás de años de sufrimiento y que suenan como campanas cuando las situaciones se repiten en escenarios distintos para intentar descongelarlos y poder mirarlos con compasión. Es como un resorte que se dispara, donde alguien cercano ha hecho de co-protagonista de la historia para ayudarnos a abrir la "Caja de Pandora" y que, por fin, tengamos la oportunidad de vivir estas situaciones. Después de esto, nos sentimos más puros y un corazón más compasivo nos permite aceptar lo que tenga que presentarse aquí y ahora, aprendiendo a dar un sentido de agradecimiento a esos tapones que se disparan, como si en una botella de vino espumoso nos convirtiéramos. Pedir disculpas a quien le pilla en la línea de fuego, y  agradecerle ese zarandeo para dejar salir todas la burbujas. No es la primera ni la única vez que  pase, ni será la última.

      Somos enigmáticos, explosivos, impulsivos, valientes, guerreros, simpáticos, positivos...y más aún después de haber andado solo por una cara de la moneda, y ahora  permitirnos aceptar la otra, para completarnos.

      Ojalá hayas podido sentirte identificado/a con esta historia.

Cada día veo con más claridad la perfección de la vida. Es como es, y nosotros decidimos cómo y cuándo.

       Sería interesante conocer tus miedos, y si te apetece, los compartes en los comentarios.


                                                                                                                   M.C.P.G. Sept 2020



Comentarios

Entradas populares de este blog

EL CORAZÓN ARBOLADO

  Hace mucho tiempo que empecé a escribir mis pequeños relatos a partir de una imagen que, normalmente y, como una mariposa, se acerca a mí, revoloteando.     Una vez que ha pausado su vuelo en mi hombro, emprende su viaje. A veces, la sigo con la mirada, otras, me distraigo con miles de pensamientos pero, casi siempre, logro averiguar el significado. De hecho, cuando ignoro el fugaz destello de ese recuerdo y no le doy el beneficio de que ocupe un sitio entre mis notas, me invade una especie de tristeza.     Es una melancolía fruto de la omisión a la llamada que, esa parte tan importante y con un peso tan específico en mi ser, me hace cada día, susurrándome la importancia de seguir recorriendo mi camino. El sólo hecho de transformar mis pensamientos en estas líneas, me vuelve a poner en consonancia con todas esas personas que empiezan a perder el aliento y en las que la desidia y desesperación  forman parte de cada célula de su mundo, para decirles que sigamos caminando mientras ha

CONSTRUYENDO NUESTRO PROPIO CAMINO

           DONDE TÚ VES UNA ROCA IMPOSIBLE DE ATRAVESAR,     YO VEO UNA GRIETA QUE ME LLEVA A LA LIBERTAD        Tú no eres tú: es esa parte de nosotros que nos suplica que nos quedemos como estamos, que tomemos la opción de quejarnos sin hacer nada.       Yo , es esa voz, que si me permito escuchar, me habla con cariño, tiene paciencia, me muestra más a menudo de lo que creo los distintos caminos, las posibilidades, oportunidades y siempre desde el amor incondicional: sin reproches, sin juicios.      Como un eco, estas voces resuenan en las personas que están a nuestro lado, que toman el papel adecuado para reflejarnos en ellas, y que, sin embargo, hemos aprendido a fusilarlas con nuestros pensamientos y palabras, o a servirles e idolatrarlas por encima de nuestras propias vidas. Ambas situaciones se repiten, día a día, año tras año, y así eternamente. El caso es que no se trata de elegir un camino u otro, sino de ir construyendo el nuestro: distinto, con paciencia y perseverancia, co

NUESTRAS METAS

     ¿Qué ocurre cuándo nos boicoteamos al llevar a cabo proyectos?  Cuando vemos la meta y tropezamos, nos distraemos y aparecen esos fantasmas que creías haber dejado atrás para los que convertirte en una persona plena y satisfecha contigo misma supone que aparezcan de nuevo para reafirmarte en si estás preparado o no parta llegar.        Estos fantasmas sirven para que te reconcilies con esa parte de ti que querías ocultar y te sientas orgulloso de que han provocado que tu camino fuera distinto al de cualquier otra persona, y esta es nuestra huella dactilar. Nos hace individualmente únicos e irrepetibles y aquí radica nuestro valor. Y el darle poder a la autenticidad nos permite reconocer que todos los que aparecieron y encontraremos en nuestras vidas tendrán distintos papeles, pero habrán dado esos matices y pinceladas a nuestra historia.       Y, en este planeta, hay tantas historias como millones de habitantes, y aunque algunos puede que nos consideremos privilegiados tecn