Ir al contenido principal

Método Estar Now

     

     Ahora se llama Gestión Emocional, Coaching...pero cuando yo empecé de forma vocacional en este mundo, la palabra que más definía toda mi labor era trasmutación: entendida como variaciones en nuestra química corporal al producirse un cambio en la actitud, en la forma de mirar el pasado, vivir el presente y proyectar nuestro futuro. 

     En un mundo en el que estamos bombardeados continuamente, consciente e inconscientemente, para permanecer en un estado de salud menos óptimo del adecuado, creándonos así necesidades externas, la única solución posible, y al alcance de todos, es LA ACTITUD: impedir que la negatividad se adueñe de nuestros pensamientos, estar muy bien aferrados a nuestro cuerpo físico, para no tener que necesitar el de otro u otros; darnos ese valor que hemos perdido por el camino con tanta admiración de estereotipos vacíos.

     Mi labor, sin condicionamientos de espacio ni  tiempo, ni de alabanzas  a ninguna Escuela que me haya instruido para controlar, y después de 23 años siguiendo mi Método Estarnow es una puerta giratoria, de un antes y un después, para quien quiera servirse de él.

     Compartir, escuchar y seguir investigando en mi propia piel.

 Confío en que el cambio individual nos llevará a una forma distinta de vivir, pero sólo si somos capaces de mirar más allá de los confines de nuestras mentes y adentrarnos en el acompañamiento a través de la compasión.

      Mientras nos quedemos en la superficie, como si de una balsa de aceite se tratara, no seremos capaces de encontrar los tesoros que escondemos cada uno de nosotros, en forma de talentos, que nos enriquecerán, tanto, que al menos podremos brillar un instante en la grandiosidad del Universo.

                                                                                                                 M.C.P.G. Oct 2020

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un jueves cualquiera

     Con una capacidad asombrosa para darse la razón a sí misma, comenzó a hacer un balance sobre su vida y las decisiones con las que fue acompañando sus días y sus noches.      Algunas de ellas fueron impulsivas, otras, necesitaron de argumentos más contundentes tanto a favor, como en contra.       De nuevo otra encrucijada; otra elección que tendría sus consecuencias; ni mejores ni peores, sólo consecuencias.       El cielo azulado con toques grises de aquel ocho de enero iba a influir en todos los planes que empezaban a cuajarse en su mente y a plasmarse en su agenda.        Javier había quedado en recogerla pero ella cambió el lugar del encuentro.  Le apetecía seguir paseando por la avenida llena de árboles, esos que cambian de color dependiendo de la estación y que le propiciaban sombra en los días más calurosos o dejaban pasar los rayos del sol en cuanto el frío hacía alarde de su prese...

EL CORAZÓN ARBOLADO

  Hace mucho tiempo que empecé a escribir mis pequeños relatos a partir de una imagen que, normalmente y, como una mariposa, se acerca a mí, revoloteando.     Una vez que ha pausado su vuelo en mi hombro, emprende su viaje. A veces, la sigo con la mirada, otras, me distraigo con miles de pensamientos pero, casi siempre, logro averiguar el significado. De hecho, cuando ignoro el fugaz destello de ese recuerdo y no le doy el beneficio de que ocupe un sitio entre mis notas, me invade una especie de tristeza.     Es una melancolía fruto de la omisión a la llamada que, esa parte tan importante y con un peso tan específico en mi ser, me hace cada día, susurrándome la importancia de seguir recorriendo mi camino. El sólo hecho de transformar mis pensamientos en estas líneas, me vuelve a poner en consonancia con todas esas personas que empiezan a perder el aliento y en las que la desidia y desesperación  forman parte de cada célula de su mundo, para dec...

MIRANDO MIS LÍMITES

      Me desperté con la sensación real de que una cuerda rodeaba mi cintura, una que me había mantenido en los límites de una zona conocida, donde me movía bien porque conocía el terreno. Pero todo empezaba a resultarme  familiar y repetido, y una sensación demoledora de seguridad al moverme en ese entorno que necesitaba romper de algún modo.      Esa seguridad imaginaria se desmorona cuando una fuerza para seguir avanzando, pero sobre todo, una curiosidad, innata en todos, me susurra que hay mucho por descubrir aún; y no quiero dejar de ver qué pasa por los lugares a los que no puedo llegar.    En cuanto me planteé esta nueva situación, miré a mi alrededor y pude ver que mi cuerda estaba fijada a un punto, un ancla de seguridad, y que esa cuerda estaba acortada por los muchos nudos que habían ido formándose ya no sé ni cuándo ni cómo;  sólo sé que empecé a deshacerlos, con cuidado, con compasión. Por lógica, podría ampliar el radio de ...