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CERRAR LOS OJOS


         ¿Estamos conectados en verdad con nuestro cuerpo, con nuestros sentidos?  Dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a tener miles de pensamientos, nuestra mente se acostumbra y dejamos de apreciar lo maravillosos que son nuestros sentidos, todos.

    ¿Has probado a cerrar los ojos, o simplemente, a levantarte en la oscuridad de la noche y  moverte sin necesidad de encender ninguna luz? Todo lo que conocemos está grabado, cada esquina, cada objeto, eso si, nos movemos con más cuidado, más lentamente, y al mismo tiempo, más atentos a nuestros movimientos. Podríamos hacer lo mismo con los otros sentidos, dejar de usar uno de ellos para potenciar los otros. 

     Somos afortunados los que podemos disponer de todos y cada uno de ellos, pero de igual forma, tendríamos que valorar más la información y conexión que de nuestro entorno recibimos a través de ellos.

    Lo mismo que confiamos en estos sentidos, también tenemos que aprender a confiar en nuestra intuición, en nuestra primera impresión, porque aquí no hay análisis de la situación, es algo innato, pero es una capacidad que hemos dejado de lado en pos de la racionalidad, porque muchas veces nos hemos equivocado, o, en la mayoría de los casos, dejamos de escuchar nuestra voz interior. 

    Esto se vuelve como una práctica, es como ir al gimnasio, hay que volver a entrenar un poco. Os invito a que empecéis a practicar un poco de gimnasia para activar esas partes del cerebro que están dormidas, y a que disminuyáis la actividad más lógica que ocupa mucho tiempo en nuestra vida, pero que no nos hace más felices. 

                                                           M.C.P.G. 2017

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