Ir al contenido principal

ECHAR LA VISTA ATRÁS.


  ¡Mirar atrás  para que sea como fue!...porque cambiando, a cada paso, el pasado se disuelve, se entiende, se acepta, y deja de ser una carga para formar parte de nuestro bagaje.
   
    Respirar el momento, en vez de suspirar por lo que no tienes.

   La solución a estar en el presente no es sonreír con un cuerpo y mente vacíos, sino buscar dentro todas las emociones, aprender a amarlas para que no tengan miedo de salir a la superficie y teñir nuestras mentiras de distintos colores.

  ¿Qué hay más bello que reconocer en nosotros mismos lo que amamos o no de otros?
Estos encuentros, en los que nos topamos con personas que nos hacen viajar  sin control en la espiral de nuestras oscuridades, son un  momento propicio para barrer la hojarasca que limitan la sinceridad de nuestra existencia.

    La responsabilidad de cada uno, después de esas tormentas, consiste en aceptar que salta la chispa, que lo hará a menudo, y que es agotador. Y que, a medida que recuperamos la calma y deseemos pasar más tiempo en ese estado, entenderemos que es una onda que se propaga, y que en este mundo tan acelerado necesitamos que cada uno de nosotros deje de estar en pie de guerra, que empecemos a vivir más acorde con nuestros propósitos y así, no salpiquemos a los que nos aman con infortunios que dejan al descubierto nuestros propios miedos.

    Cuánto camino por recorrer. Sería aburrido y egocéntrico pensar lo contrario. En ese recorrido han pasado muchas personas, gracias a las cuales hemos visto nuestras miserias, bloqueos, pero también, nos ha permitido descubrir una fuerza vital inmensa.  Sólo aceptándonos podremos entender nuestro juego, nuestro enigma y las reglas para seguir avanzando.

                                                                                                          M.C.P.G. 2017


    


Comentarios

Entradas populares de este blog

EL CORAZÓN ARBOLADO

  Hace mucho tiempo que empecé a escribir mis pequeños relatos a partir de una imagen que, normalmente y, como una mariposa, se acerca a mí, revoloteando.     Una vez que ha pausado su vuelo en mi hombro, emprende su viaje. A veces, la sigo con la mirada, otras, me distraigo con miles de pensamientos pero, casi siempre, logro averiguar el significado. De hecho, cuando ignoro el fugaz destello de ese recuerdo y no le doy el beneficio de que ocupe un sitio entre mis notas, me invade una especie de tristeza.     Es una melancolía fruto de la omisión a la llamada que, esa parte tan importante y con un peso tan específico en mi ser, me hace cada día, susurrándome la importancia de seguir recorriendo mi camino. El sólo hecho de transformar mis pensamientos en estas líneas, me vuelve a poner en consonancia con todas esas personas que empiezan a perder el aliento y en las que la desidia y desesperación  forman parte de cada célula de su mundo, para decirles que sigamos caminando mientras ha

CONSTRUYENDO NUESTRO PROPIO CAMINO

           DONDE TÚ VES UNA ROCA IMPOSIBLE DE ATRAVESAR,     YO VEO UNA GRIETA QUE ME LLEVA A LA LIBERTAD        Tú no eres tú: es esa parte de nosotros que nos suplica que nos quedemos como estamos, que tomemos la opción de quejarnos sin hacer nada.       Yo , es esa voz, que si me permito escuchar, me habla con cariño, tiene paciencia, me muestra más a menudo de lo que creo los distintos caminos, las posibilidades, oportunidades y siempre desde el amor incondicional: sin reproches, sin juicios.      Como un eco, estas voces resuenan en las personas que están a nuestro lado, que toman el papel adecuado para reflejarnos en ellas, y que, sin embargo, hemos aprendido a fusilarlas con nuestros pensamientos y palabras, o a servirles e idolatrarlas por encima de nuestras propias vidas. Ambas situaciones se repiten, día a día, año tras año, y así eternamente. El caso es que no se trata de elegir un camino u otro, sino de ir construyendo el nuestro: distinto, con paciencia y perseverancia, co

NUESTRAS METAS

     ¿Qué ocurre cuándo nos boicoteamos al llevar a cabo proyectos?  Cuando vemos la meta y tropezamos, nos distraemos y aparecen esos fantasmas que creías haber dejado atrás para los que convertirte en una persona plena y satisfecha contigo misma supone que aparezcan de nuevo para reafirmarte en si estás preparado o no parta llegar.        Estos fantasmas sirven para que te reconcilies con esa parte de ti que querías ocultar y te sientas orgulloso de que han provocado que tu camino fuera distinto al de cualquier otra persona, y esta es nuestra huella dactilar. Nos hace individualmente únicos e irrepetibles y aquí radica nuestro valor. Y el darle poder a la autenticidad nos permite reconocer que todos los que aparecieron y encontraremos en nuestras vidas tendrán distintos papeles, pero habrán dado esos matices y pinceladas a nuestra historia.       Y, en este planeta, hay tantas historias como millones de habitantes, y aunque algunos puede que nos consideremos privilegiados tecn