Cambiar de casilla sólo se puede hacer tirando los dados y para hacerlo hay que aceptar las reglas del juego. Unas veces puede que te guste dónde caes, y otras, menos. Pero si utilizas una visión distinta y disfrutas del juego en vez de esperar solo para llegar a la meta, todo tendrá más sentido y te ayudará a entender el por qué de esas reglas.
En la vida ocurre lo mismo, si no arriesgas no sabes qué puede pasar y te quedas ahí, lamentándote de tu falta de decisión. Es importante que te des cuenta de que eres tú quien debe tirar los dados. Claro que es más fácil contemplar cómo los demás juegan y opinar a cerca de su forma de vivir, pero lo auténtico es centrarte en tu tablero, empezar tus partidas y aprender de cada paso, de cada tirada. Saber que cuando llegas a la meta has conseguido un objetivo y que esa sabiduría te ayuda a conocerte más. La mirada que echas para ver las opciones de tu jugada, dependiendo del número del dado, es como la que tu intuición te muestra ante cada posible situación, así que el secreto será saber qué situación queremos y poner esa intención en el lanzamiento de los dados. Ninguna casilla es mejor o peor, nos permite ver la meta y la salida desde distintos ángulos.
El único reto a superar es si los dados los tiras tú o prefieres dejarle esas responsabilidad a otra persona.
M.G.P.G. 2017
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