Ir al contenido principal

ESPECTADOR O PROTAGONISTA

    
        Hay dos formas de vivir nuestras vidas: siendo espectador, o siendo protagonista.


     Cuando somos espectadores nos dedicamos a estar más pendientes del mundo exterior y de las historias de otros que de las nuestras, dándole así más mérito a los logros y metas de los demás que a los nuestros, cuando la finalidad de todos es encontrar esa paz y equilibrio interior. Después, la forma en que cada uno la encuentra es totalmente arbitraria, pero, desde luego, como una onda, contribuye al bienestar común.

     Voy a poner un ejemplo: cuando has llegado a un destino, y te han guiado, has dejado en el conductor la responsabilidad de llegar. Aquí te das cuenta de que el camino ha sido seguro, porque el conductor estaba muy centrado en lo que hacía y estaba pendiente de cualquier contratiempo.

     Ahora resulta que otro día eres tú el conductor, así que puede que elijas o no, el mismo camino. Intentar recordarlo cuando no estabas atento es más difícil que dejarte guiar si quieres, preguntando, o dejándote llevar por las señales.
El caso, es que si sabes cuál es tu destino, no hay pérdida, lo único que puedes alargar o acelerar es la llegada a este. Pero, durante ese trayecto, lo hagas, las veces que lo hagas, nunca se repetirán las mismas circunstancias, porque cada instante es distinto.

    En el momento en que nos hacemos conscientes de esto, despertamos de la monotonía y dotamos de esa magia a cada uno de nuestros instantes, de nuestras horas y nuestros días, y comenzamos a vivir con un poco más de sentido de aventura nuestra vida, y a pasar de espectadores a protagonistas.

   Despertar es ser conscientes de que todo por lo que hemos pasado nos ha servido para aprender algo, nos debería ayudar a vivir con una actitud más enriquecedora los acontecimientos cotidianos, y usar la energía que tenemos para avanzar paso a paso y destapar todo ese potencial que tenemos ahí guardado y nos nos permitimos sacar a la luz.

  Aceptar no es es sentarnos en un sillón a esperar. Es, mientras esperamos, habernos construido una armadura con todo lo que ha pasado en nuestra vida, para hacer frente de manera más óptima a lo que seguirá pasando.

  El control de la vida de los demás es un desperdicio de nuestro papel de protagonista en nuestras propias vidas. 

  Es el momento del cambio. ¿ Qué te impide hacerlo?

                                                   M.C.P.G. 2017
                          




Comentarios

Entradas populares de este blog

EL CORAZÓN ARBOLADO

  Hace mucho tiempo que empecé a escribir mis pequeños relatos a partir de una imagen que, normalmente y, como una mariposa, se acerca a mí, revoloteando.     Una vez que ha pausado su vuelo en mi hombro, emprende su viaje. A veces, la sigo con la mirada, otras, me distraigo con miles de pensamientos pero, casi siempre, logro averiguar el significado. De hecho, cuando ignoro el fugaz destello de ese recuerdo y no le doy el beneficio de que ocupe un sitio entre mis notas, me invade una especie de tristeza.     Es una melancolía fruto de la omisión a la llamada que, esa parte tan importante y con un peso tan específico en mi ser, me hace cada día, susurrándome la importancia de seguir recorriendo mi camino. El sólo hecho de transformar mis pensamientos en estas líneas, me vuelve a poner en consonancia con todas esas personas que empiezan a perder el aliento y en las que la desidia y desesperación  forman parte de cada célula de su mundo, para decirles que sigamos caminando mientras ha

CONSTRUYENDO NUESTRO PROPIO CAMINO

           DONDE TÚ VES UNA ROCA IMPOSIBLE DE ATRAVESAR,     YO VEO UNA GRIETA QUE ME LLEVA A LA LIBERTAD        Tú no eres tú: es esa parte de nosotros que nos suplica que nos quedemos como estamos, que tomemos la opción de quejarnos sin hacer nada.       Yo , es esa voz, que si me permito escuchar, me habla con cariño, tiene paciencia, me muestra más a menudo de lo que creo los distintos caminos, las posibilidades, oportunidades y siempre desde el amor incondicional: sin reproches, sin juicios.      Como un eco, estas voces resuenan en las personas que están a nuestro lado, que toman el papel adecuado para reflejarnos en ellas, y que, sin embargo, hemos aprendido a fusilarlas con nuestros pensamientos y palabras, o a servirles e idolatrarlas por encima de nuestras propias vidas. Ambas situaciones se repiten, día a día, año tras año, y así eternamente. El caso es que no se trata de elegir un camino u otro, sino de ir construyendo el nuestro: distinto, con paciencia y perseverancia, co

NUESTRAS METAS

     ¿Qué ocurre cuándo nos boicoteamos al llevar a cabo proyectos?  Cuando vemos la meta y tropezamos, nos distraemos y aparecen esos fantasmas que creías haber dejado atrás para los que convertirte en una persona plena y satisfecha contigo misma supone que aparezcan de nuevo para reafirmarte en si estás preparado o no parta llegar.        Estos fantasmas sirven para que te reconcilies con esa parte de ti que querías ocultar y te sientas orgulloso de que han provocado que tu camino fuera distinto al de cualquier otra persona, y esta es nuestra huella dactilar. Nos hace individualmente únicos e irrepetibles y aquí radica nuestro valor. Y el darle poder a la autenticidad nos permite reconocer que todos los que aparecieron y encontraremos en nuestras vidas tendrán distintos papeles, pero habrán dado esos matices y pinceladas a nuestra historia.       Y, en este planeta, hay tantas historias como millones de habitantes, y aunque algunos puede que nos consideremos privilegiados tecn