Ir al contenido principal

PREGUNTAR SIN MIEDO A LAS RESPUESTAS







       Cuando no tememos la respuesta a las preguntas que hacemos es, o porque ya intuimos la respuesta o porque aceptamos la que tenga que ser.

    Al rato, a los días, puede que nos arrepintamos de haber hecho esa pregunta, entonces es ahí donde la reflexión tendríamos que dirigirla hacia qué parte de nuestro yo cuestiono.

    He estado años temiendo hacer preguntas de la que no quería saber la respuesta. El siguiente escalón pasó por hacer preguntas de las que esperaba una respuesta y aunque creía que las hacía desde el corazón, cuando no obtenía la respuesta que esperaba, un sentimiento de enfado y de sentirme menospreciada se apoderaba de mí, pero seguía golpeándome una y otra vez. Es difícil reconocer las encrucijadas de la mente para que nos mantengamos siendo los mismos de siempre, para no cambiar, para no dejar de defraudar a los demás, y sobre todo, para no dejar de ser como creemos que somos. Y, finalmente, pero pasando de ser ocasional a más habitual, no temo hacer preguntas, porque no temo las respuestas, pero me doy cuenta de que me vuelvo incómoda, porque ya no busco excusas ni explicaciones detrás de esas respuestas. 

    Me ha tocado despertar o he querido hacerlo?. Tengo mucho que aprender, pero sólo digo que aquí ,al otro lado, se difumina el sufrimiento, se recupera la lógica de la niñez y te desvistes de los miedos a ser aceptado. 

    Así que os animo a desnudaros , dejaros impregnar aunque sea unos segundos por la libertad de ser lo que tenéis dentro y no lo que se espera desde fuera. De mí, espero darme más oportunidades de brillar en la oscuridad. ¿Qué esperas de ti?

                                                                M.C.P.G 2017


                                              

     

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un jueves cualquiera

     Con una capacidad asombrosa para darse la razón a sí misma, comenzó a hacer un balance sobre su vida y las decisiones con las que fue acompañando sus días y sus noches.      Algunas de ellas fueron impulsivas, otras, necesitaron de argumentos más contundentes tanto a favor, como en contra.       De nuevo otra encrucijada; otra elección que tendría sus consecuencias; ni mejores ni peores, sólo consecuencias.       El cielo azulado con toques grises de aquel ocho de enero iba a influir en todos los planes que empezaban a cuajarse en su mente y a plasmarse en su agenda.        Javier había quedado en recogerla pero ella cambió el lugar del encuentro.  Le apetecía seguir paseando por la avenida llena de árboles, esos que cambian de color dependiendo de la estación y que le propiciaban sombra en los días más calurosos o dejaban pasar los rayos del sol en cuanto el frío hacía alarde de su prese...

EL CORAZÓN ARBOLADO

  Hace mucho tiempo que empecé a escribir mis pequeños relatos a partir de una imagen que, normalmente y, como una mariposa, se acerca a mí, revoloteando.     Una vez que ha pausado su vuelo en mi hombro, emprende su viaje. A veces, la sigo con la mirada, otras, me distraigo con miles de pensamientos pero, casi siempre, logro averiguar el significado. De hecho, cuando ignoro el fugaz destello de ese recuerdo y no le doy el beneficio de que ocupe un sitio entre mis notas, me invade una especie de tristeza.     Es una melancolía fruto de la omisión a la llamada que, esa parte tan importante y con un peso tan específico en mi ser, me hace cada día, susurrándome la importancia de seguir recorriendo mi camino. El sólo hecho de transformar mis pensamientos en estas líneas, me vuelve a poner en consonancia con todas esas personas que empiezan a perder el aliento y en las que la desidia y desesperación  forman parte de cada célula de su mundo, para dec...

CONSTRUYENDO NUESTRO PROPIO CAMINO

           DONDE TÚ VES UNA ROCA IMPOSIBLE DE ATRAVESAR,     YO VEO UNA GRIETA QUE ME LLEVA A LA LIBERTAD        Tú no eres tú: es esa parte de nosotros que nos suplica que nos quedemos como estamos, que tomemos la opción de quejarnos sin hacer nada.       Yo , es esa voz, que si me permito escuchar, me habla con cariño, tiene paciencia, me muestra más a menudo de lo que creo los distintos caminos, las posibilidades, oportunidades y siempre desde el amor incondicional: sin reproches, sin juicios.      Como un eco, estas voces resuenan en las personas que están a nuestro lado, que toman el papel adecuado para reflejarnos en ellas, y que, sin embargo, hemos aprendido a fusilarlas con nuestros pensamientos y palabras, o a servirles e idolatrarlas por encima de nuestras propias vidas. Ambas situaciones se repiten, día a día, año tras año, y así eternamente. El caso es que no se trata de elegir un ...