Las relaciones, desde las más allegadas hasta las distanciadas en el espacio, tal y como las conocemos, todas ellas, tienen un sentido.
Empezando con las relaciones con nuestros padres, que nos ayudaron a crecer de la forma que mejor supieron, teniendo en cuenta las limitaciones de información, que hoy en día tenemos la suerte de poder manejar. Pero la clave no está en la cantidad, sino en la medida en que la información, esa que nos hace crecer, evolucionar, es utilizada e integrada a nuestro día a día.
Hay una relación muy especial, la que tenemos con nosotros mismos. Cómo nos vemos desde fuera, que no es lo mismo que sumergirnos dentro de nuestras emociones, atentos a nuestros pensamientos, a lo que hacemos y decimos, a lo que exigimos a nuestros hijos y que no somos capaces de hacer nosotros mismos.
A lo que no nos gusta de los demás. A lo que cambiaríamos del pasado.
A veces buscamos apoyo en decisiones que el corazón es incapaz de tomar, pero, cuando las compartimos, cuando compartimos esos miedos, estos pierden fuerza, porque se diluyen, y ya da igual la opinión recibida, porque la verdad que supera a la razón está en el corazón. A veces, este eco de miedos está tan en el ambiente, tan en la mente de los que nos rodean, que podemos confundirlos con los nuestros, pero, finalmente son parte de nosotros.
Pero yo voy más allá, más lejos, No busco una victoria transitoria, sino una elevación del estado de conciencia, para eliminar todos los restos de pensamientos tóxicos que puedan estar dañando mi vida, mis decisiones.
Creo que uno de los retos fundamentales de cada día es no salirnos de nuestras casillas, disfrutar de una canción para tararear o cantar, estar muy atentos al para qué hacemos algunas cosas, aprender a perdonarnos, aceptar que dimos permiso de traspasar límites, los nuestros, a dejar de opinar de la vida de los demás, y empezar a contar 10 antes de que nuestras palabras sentencien. A amar a los que están a nuestro lado, a los que estuvieron y formaron parte muy importante de nuestras vidas.....pero sobre todo a respetarnos a nosotros mismos, a querernos y a honrarnos. El precio.... no se puede medir.
M.C.P.G.2015
Hola Carmen. Soy Paco, el que reside en Gibraltar. Cambié de compañía y perdí tu número. Veo que tu blog sigue tan interesante como siempre. Espero que te vaya bien.
ResponderEliminarP.D. He dejado un mensaje igual que este donde dice "formulario"...
Hola Paco.
ResponderEliminarPuedes ver mi n. En la entada Tarjeta de presentación