Efectivamente, pero hasta qué punto estamos dispuestos a llegar, a qué o quién estamos dispuestos a renunciar.
Lo gratificante de la respuesta es que la clave y solución no están fuera, sino dentro.
Lo espectacular de este juego de autoengaño es que nos hemos vuelto muy inteligentes a la hora de buscar excusas para llevar una vida más acorde y en armonía.
Pero, desde luego, hay un interés tanto personal como a otras escalas para que estemos continuamente moviéndonos en un círculo agotador, como el hamster enjaulado que repite lo mismo: mover una rueda, para gastar un poco de energía, y así, desempeñar su trabajo.
No hay mucha diferencia entre estos animalitos y nosotros. Sólo que el miedo a la libertad, a vivir y experimentar nos deja anclados a una vida de ilusiones transitorias, de forma que vamos dejando lo verdaderamente importante para adelante, para mañana, para los que vienen detrás, y así nos apagamos, enfermamos y seguimos confirmando la interesante teoría del hamster...en la jaula tienes comida, un techo...pero también un anhelo de lo que pudo ser.
Así que, de verdad, os trasmito que salir de ese miniuniverso pequeño y estresante es una aventura digna de ser vivida, de ser experimentada y la única forma de encontrar tu camino es respirar hondo y dejarte llevar por la intuición, tu corazón, esa voz que dejaste de escuchar hace muchos años.
Estamos en momentos de cambios, de señales engañosas, de sueños que explotan, de intereses para que sigamos dando vueltas en la rueda.
Lo único interesante es que cuanto mejor estamos a nivel seguridad en nosotros mismos, más fuerte nos hacemos, la rueda se desvanece, porque era todo lo externo que habíamos asumido como obligaciones e identificábamos con nuestro yo.
Así que empieza el trabajo interior, de búsqueda de la verdad, la pasión, y el triunfo ante las adversidades. Todo lo efímero desaparece quedando la verdadera esencia.
M.C.P.G. 2015
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