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EL NOMBRE COMO ETIQUETA

   

                CUANDO RESULTA EMBARAZOSO CAMBIAR LA FORMA EN QUE NOS HEMOS ETIQUETADO.



               A veces respondemos más al eco de lo que fuimos que a lo que verdaderamente somos.
               Salir del huevo, sin romper la cáscara es una tarea difícil,  por no decir un trabajo agotador e inservible.
           Hay algunas herramientas muy sencillas para desprendernos de los viejos hábitos,  de la tediosa tarea de cada día,  para quien así siga viviendo su vida.
          Tampoco vamos a irnos de pronto a tirarnos en paracaídas,  hacer puenting, subir el Everest. Todo es mucho más sencillo. No se trata de magia, sino de creer en que podemos crear algo más activo para darle un toque de pimienta a la vida.
     
        Hoy, os recomiendo la experiencia de tener el coraje de cambiar vuestra etiqueta más pegajosa, que, a veces, ha sido , molesta, y una carga, sobre todo, porque no se nos preguntó si nos gustaba. Me refiero al NOMBRE, que, o, nos limita o imita a personas de la familia, así que como adultos inteligentes y libres, tenemos capacidad de cambiarlo, como un juego, eso sí,  durante un mes. Un mes no es nada, si lo comparas con la de años con los que llevas etiquetado.

     Se despierta un gusanillo de curiosidad?

     Podéis compartir la experiencia para que sea más tangible.

       Yo me he elegido ARMONI, me gustan los nombres que acaban en i. Y así estoy más atenta al ahora y me voy a hablar con más paciencia y cariño. Como si fuera una niña que acaba de nacer.

   
    ¿ Te apuntas al reto?


                                      M.C.P.G.2015
 

       

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