Ir al contenido principal

CURIOSO DÓNDE HABÍAN PASADO TANTO TIEMPO



   
   
     En esta ocasión quería compartir hasta qué punto en algún momento de nuestras vidas podemos refugiarnos en sitios extraños o camuflarnos, para no sabiendo cómo, dejar de vivir y de disfrutar plenamente.

     Evidentemente la raíz de este proceso varía según la persona, pero el motivo, es, la mayoría de las veces, el miedo.



     He tenido la suerte de conocer, a través de mis terapias a personas encantadoras que habían escondido una parte de ellas.Y que con una consciencia de lo que pasó para llegar a ese punto y con voluntad de un cambio para bien de ellas, dejaron atrás esa etapa. 


     A ti te hablo, desde la distancia: recuerdas al final de tu primera terapia que te comparabas con un pistacho cerrado, de estos que nadie quiere. Así te sentías de poco querida. Y salir de ese pistacho no ha sido fácil, porque estabas protegida por una cáscara muy dura, casi irrompible, pero que te impedía ver el mundo con libertad. Te doy las gracias por haber confiado en mi, y te mando muchos besos.


      Otra amiga, te acuerdas, ella se prestó a participar en una terapia en grupo. Siempre fue reservada. En aquella ocasión, también estaba su madre. Recuerdo que tras preguntarle por algunos años de su niñez, se atrevió a salir de su escondite. En este caso era un baúl. Cuántos años creyendo que nadie la oía pedir ayuda, y lo fácil que le resultó salir finalmente. Pero qué soledad y oscuridad vivida durante todo ese tiempo. Para mi fue un enorme placer haber asistido a este renacer. Te mando un beso enorme. 


     Hay una amiga, y para mi, toda persona que se presta a enseñarme su vida, tiene un apodo de amiga especial....pues eso, que se quedó anclada en una parte del pasado. Desconfiada del mundo y que sólo se permitió salir de la trastienda, cuando su yo adulta le dio un abrazo y le dijo que iba a procurar escucharla. Ambas se unieron, la niña interior, tanto tiempo esperando y la mujer madura sabiendo que tenía que empezar a escuchar y hacer lo que ella sentía de verdad, para no volver a traicionarse. 


      Así que los miedos nos pueden hacer refugiarnos en algún sitio, pero desde el que no se vive plenamente. Os invito a respirar profundamente y empezar a sentir que ocupáis física, mental y espiritualmente un lugar perfecto, siempre y cuando este lugar os haga sentir seguros, plenos, conscientes y libres. Si no es así os invito a buscar las herramientas necesarias para salir de ese lugar. Merece la pena.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un jueves cualquiera

     Con una capacidad asombrosa para darse la razón a sí misma, comenzó a hacer un balance sobre su vida y las decisiones con las que fue acompañando sus días y sus noches.      Algunas de ellas fueron impulsivas, otras, necesitaron de argumentos más contundentes tanto a favor, como en contra.       De nuevo otra encrucijada; otra elección que tendría sus consecuencias; ni mejores ni peores, sólo consecuencias.       El cielo azulado con toques grises de aquel ocho de enero iba a influir en todos los planes que empezaban a cuajarse en su mente y a plasmarse en su agenda.        Javier había quedado en recogerla pero ella cambió el lugar del encuentro.  Le apetecía seguir paseando por la avenida llena de árboles, esos que cambian de color dependiendo de la estación y que le propiciaban sombra en los días más calurosos o dejaban pasar los rayos del sol en cuanto el frío hacía alarde de su prese...

EL CORAZÓN ARBOLADO

  Hace mucho tiempo que empecé a escribir mis pequeños relatos a partir de una imagen que, normalmente y, como una mariposa, se acerca a mí, revoloteando.     Una vez que ha pausado su vuelo en mi hombro, emprende su viaje. A veces, la sigo con la mirada, otras, me distraigo con miles de pensamientos pero, casi siempre, logro averiguar el significado. De hecho, cuando ignoro el fugaz destello de ese recuerdo y no le doy el beneficio de que ocupe un sitio entre mis notas, me invade una especie de tristeza.     Es una melancolía fruto de la omisión a la llamada que, esa parte tan importante y con un peso tan específico en mi ser, me hace cada día, susurrándome la importancia de seguir recorriendo mi camino. El sólo hecho de transformar mis pensamientos en estas líneas, me vuelve a poner en consonancia con todas esas personas que empiezan a perder el aliento y en las que la desidia y desesperación  forman parte de cada célula de su mundo, para dec...

MIRANDO MIS LÍMITES

      Me desperté con la sensación real de que una cuerda rodeaba mi cintura, una que me había mantenido en los límites de una zona conocida, donde me movía bien porque conocía el terreno. Pero todo empezaba a resultarme  familiar y repetido, y una sensación demoledora de seguridad al moverme en ese entorno que necesitaba romper de algún modo.      Esa seguridad imaginaria se desmorona cuando una fuerza para seguir avanzando, pero sobre todo, una curiosidad, innata en todos, me susurra que hay mucho por descubrir aún; y no quiero dejar de ver qué pasa por los lugares a los que no puedo llegar.    En cuanto me planteé esta nueva situación, miré a mi alrededor y pude ver que mi cuerda estaba fijada a un punto, un ancla de seguridad, y que esa cuerda estaba acortada por los muchos nudos que habían ido formándose ya no sé ni cuándo ni cómo;  sólo sé que empecé a deshacerlos, con cuidado, con compasión. Por lógica, podría ampliar el radio de ...