Ir al contenido principal

¿Y SI ES EL CORAZÓN EL QUE NOS GUÍA?




        ¿Qué ocurre? : cuando los pensamientos nos controlan y son los que deciden el estado de ánimo, cuando pasas el presente pensando en el pasado o en el futuro y cuando tienes conversaciones continuas contigo mismo. Y cómo podemos cambiar estos hábitos.

        Hay tantas soluciones como personas, supongo, y no creo que haya una fórmula magistral.

        ¿Qué me ha funcionado a mí?

        Creo que lo que únicamente funciona es encontrar lo que realmente nos gusta hacer, enfocar toda la energía que desperdiciamos estando pendiente de la vida de los demás, en centrarnos en nosotros mismos, y en dejar de dar vueltas revoloteando como una mosca y convertirnos en una mariposa que nos deja maravillados con sus alas de colores.

        Claro, que después de tantos años de habernos alejado de nuestro centro, donde está la luz que ilumina nuestro camino, a veces, faltan esas armas para recuperar las alas por completo.

        Así que, cuando verdaderamente empezamos a tomar las decisiones desde el corazón, que es más fácil de entender, todo resulta más fácil, más equilibrado y el tiempo empieza a ir a nuestro favor, porque ya no nos sentimos que nadamos a contracorriente, sino que estamos sentados en la orilla de un río contemplando y saboreando cada minuto de nuestra vida.

       Entonces, ante acontecimientos dolorosos de nuestras vidas y aunque siempre hay un proceso, existen dos vías: los aceptamos, o caemos en la tentación de que los pensamientos pesimistas y negativos nos arrastren sin control ninguno por nuestra parte.

      Claro, que lío. Pero todos sabemos qué nos produce placer en la vida, sólo que luego aparecen esas voces en nuestra cabecita que nos recuerdan continuamente que: -¡eso es una tontería!, -¡vaya ocurrencia!, -¡demasiado tarde!,....seguro que tenéis miles de frases hechas  y que usamos cada vez que preferimos refugiarnos en los miedos, para así dejar de ser completos y poder echar las responsabilidades de nuestras limitaciones a los demás.

       Pero, ¿hasta cuándo?. Es una decisión que queda a elección de cada uno. 
Y aquí es cuando os digo que es una lástima desperdiciar todo el potencial que podemos desplegar cada uno y que sea lo que sea que sentimos que debemos hacer y que nos devuelve esa paz interior y esa alegría de vivir, contagia a todos los que tenemos alrededor.

      Os animo a dejaros guiar por ese niño interior que se quedó dudando de que lo que le apetecía de pequeño todavía es posible. Sentiros bien dentro de vuestra piel y de vuestros sueños. No los sueños de los que nos educaron, sino los vuestros propios. 

                                                                         M.C.P.G.2014

     


Comentarios

  1. yo de pequeña soñaba con una vitrina infinita de pasteles...

    ResponderEliminar
  2. Que maravilla, que verdad tan bien resumida. Y pensar que te tengo tan cerca. Me siento una afortunada. Te quiero mucho primita.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Si te apetece comentar algo o preguntarme, suelo responder en poco tiempo.

Entradas populares de este blog

Un jueves cualquiera

     Con una capacidad asombrosa para darse la razón a sí misma, comenzó a hacer un balance sobre su vida y las decisiones con las que fue acompañando sus días y sus noches.      Algunas de ellas fueron impulsivas, otras, necesitaron de argumentos más contundentes tanto a favor, como en contra.       De nuevo otra encrucijada; otra elección que tendría sus consecuencias; ni mejores ni peores, sólo consecuencias.       El cielo azulado con toques grises de aquel ocho de enero iba a influir en todos los planes que empezaban a cuajarse en su mente y a plasmarse en su agenda.        Javier había quedado en recogerla pero ella cambió el lugar del encuentro.  Le apetecía seguir paseando por la avenida llena de árboles, esos que cambian de color dependiendo de la estación y que le propiciaban sombra en los días más calurosos o dejaban pasar los rayos del sol en cuanto el frío hacía alarde de su prese...

EL CORAZÓN ARBOLADO

  Hace mucho tiempo que empecé a escribir mis pequeños relatos a partir de una imagen que, normalmente y, como una mariposa, se acerca a mí, revoloteando.     Una vez que ha pausado su vuelo en mi hombro, emprende su viaje. A veces, la sigo con la mirada, otras, me distraigo con miles de pensamientos pero, casi siempre, logro averiguar el significado. De hecho, cuando ignoro el fugaz destello de ese recuerdo y no le doy el beneficio de que ocupe un sitio entre mis notas, me invade una especie de tristeza.     Es una melancolía fruto de la omisión a la llamada que, esa parte tan importante y con un peso tan específico en mi ser, me hace cada día, susurrándome la importancia de seguir recorriendo mi camino. El sólo hecho de transformar mis pensamientos en estas líneas, me vuelve a poner en consonancia con todas esas personas que empiezan a perder el aliento y en las que la desidia y desesperación  forman parte de cada célula de su mundo, para dec...

MIRANDO MIS LÍMITES

      Me desperté con la sensación real de que una cuerda rodeaba mi cintura, una que me había mantenido en los límites de una zona conocida, donde me movía bien porque conocía el terreno. Pero todo empezaba a resultarme  familiar y repetido, y una sensación demoledora de seguridad al moverme en ese entorno que necesitaba romper de algún modo.      Esa seguridad imaginaria se desmorona cuando una fuerza para seguir avanzando, pero sobre todo, una curiosidad, innata en todos, me susurra que hay mucho por descubrir aún; y no quiero dejar de ver qué pasa por los lugares a los que no puedo llegar.    En cuanto me planteé esta nueva situación, miré a mi alrededor y pude ver que mi cuerda estaba fijada a un punto, un ancla de seguridad, y que esa cuerda estaba acortada por los muchos nudos que habían ido formándose ya no sé ni cuándo ni cómo;  sólo sé que empecé a deshacerlos, con cuidado, con compasión. Por lógica, podría ampliar el radio de ...