Desde luego no es posible dejar de pensar. Pero si que es posible estar pendientes de qué pensamos, de qué concepto tenemos de nosotros mismos, de cuáles son nuestros límites, y poder cambiarlos para mejorar nuestra vida, nuestros momentos y estar en el instante presente sin proyectar películas dramáticas ni del pasado, ni del futuro.Personalmente, llegar hasta aquí ha requerido de un gran entrenamiento por mi parte, de poner en práctica mucha teoría acumulada, pero, sobre todo,de hacerme consciente de que no puede haber problemas futuros en el presente, que los creamos en el ahora, y esto, produce un sufrimiento, un agotamiento mental y una desvanecimiento del momento y por lo tanto una incoherencia.
Teorías, métodos para llevar a cabo la hazaña de estar...miles, millones...a mí me funcionó llegar al límite del sufrimiento mental, del agotamiento físico, de querer desaparecer inconscientemente, y un golpe, un azote de la vida , me hizo darme cuenta de que no era imprescindible para nadie, pero que si estaba aquí era para aportar luz y no tinieblas, para demostrar que soy fuerte y no una niña asustada, para hablar desde el corazón y creer en mí. Y ser valiente para reconocer que hubo una época en que me autoengañaba, pero que nunca tuve miedo de rebuscar en mis miserias y hablar de ellas. Y lo bueno de este camino maravilloso, es tener las cuentas saldadas, sentir que ya nos hemos juzgado lo suficiente y que por eso, dejaron de influirnos los juicios de los demás. Y centrarnos así en el momento en que estemos preparados para el cambio.
Pero la buena noticia es que para todos aquellos y aquellas que os encontráis perdidos en el camino hay un método sencillo y podéis contar siempre con el apoyo de alguien, que modestamente, pueda alumbraros un poco para que el camino sea más favorable.
En este método no hay distancias, estamos en un mundo cuántico.
M.C.P.G 2017
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